Educación Prenatal para una paz duradera. Entrevista a Carmen Carballo

Entrevista a Carmen Carballo, coautora del libro “Educación prenatal, educación para la paz”, y Presidenta de ANEP España (Asociación Nacional de Educación Prenatal)

Pregunta Javier: ¿Puedes explicarnos qué es la educación prenatal?

Respuesta Carmen: Es aquella que un ser va a recibir antes del nacimiento. Cuando hablamos de educación prenatal, nos gusta añadir natural, para no confundirla con estimulación, que es una práctica que, a veces, se realiza durante la gestación.

Al bebé hay que dejarle hacer su proceso tranquilamente, en paz. No hay que enseñarle nada desde fuera. En realidad, el bebé se va educando a través de la forma de vivir, de pensar y de sentir de los padres, sobre todo de la madre, aunque la función del padre es muy importante como explicaremos más adelante.

P: ¿Por qué es tan importante que los padres, y sobre todo los futuros padres, conozcan la educación prenatal?

R: Es importantísimo que los conocimientos sobre la educación prenatal se difundan en la sociedad, ya que a través de ellos los futuros padres podrán mejorar su vida y la vida de sus futuros hijos. Si millares y millares de padres en el mundo los pusieran en práctica, probablemente, podríamos transformar la sociedad en 3 o 4 generaciones.

P: ¿A partir de qué momento del desarrollo del bebé podemos empezar a hablar de educación prenatal?

R: La educación prenatal natural comienza, antes de que el ser sea concebido, con la preparación de los padres antes de la concepción. Si queremos educar, primero tenemos que estar educados nosotros. Por lo tanto, tenemos que saber qué pautas hemos de seguir antes de la concepción, con el fin de que esa educación sea la mejor posible para ese nuevo ser desde el minuto cero.

Además de esta preparación de los padres, la educación prenatal natural comprende también el momento de la concepción y la gestación, tocando incluso el parto y la lactancia, porque, aunque entran en lo perinatal y no propiamente en lo prenatal, son momentos importantes, que hacen de puente entre la vida intrauterina y extrauterina y las huellas que se graban en esta etapa van a determinar, así mismo, rasgos de nuestro carácter en el futuro.

P: ¿Puedes hablarnos en qué consiste esta preparación de los padres?

R: Para acercarnos a entenderlo, podemos utilizar el símil de un agricultor que quiere plantar una huerta, ¿Qué tiene que hacer antes de sembrar? Tendrá que quitar las malas hierbas, las piedras, allanar el terreno, cavar, abonar… y después entonces, podrá plantar la semilla. O como un arquitecto, que tiene que realizar unos planos y poner unos cimientos antes de levantar el edificio.

De esta misma manera debemos prepararnos física, mental y emocionalmente, antes de la concepción.

Es conveniente poner a punto nuestro organismo, mediante una dieta sana y equilibrada, a base de productos naturales, preferiblemente ecológicos, eliminar todo tipo de sustancias tóxicas, tabaco, alcohol y cualquier otro tipo de drogas, y realizar ejercicio físico. 

Pero ahí no ha terminado la preparación, ya que, a veces, las toxinas más dañinas son aquellas que están en nuestra mente y en nuestro corazón, en forma de pensamientos y emociones negativas, como: rabia, odio, rencor, envidia, celos etc., también tenemos, traumas, miedos, bloqueos, muchos de los cuales tienen su origen en la etapa prenatal. Todo esto, debería de ser sanado, antes de la concepción, para no transmitírselos a nuestros hijos.  Ellos no sólo heredan un patrimonio genético físico (talla, color de los ojos, etc.), también heredan nuestra manera de pensar y de sentir. Así que, en el momento de la concepción, les pasamos todo ese bagaje, del cual una parte es nuestra, otra parte es de nuestros ancestros.

Todas las problemáticas que se dan en una familia, si no se sacan a la luz y se liberan, se irán transmitiendo de generación en generación. Para esta sanación o liberación, podemos utilizar diversos métodos y también podemos recurrir a la terapia, desde la psicología tradicional, hasta terapias alternativas muy efectivas a la hora de liberar estas huellas. Cada persona puede elegir la que mejor se adapte a ella.

Cuando hemos realizado esta preparación, para la que debemos tomarnos al menos entre seis meses y un año, entonces podemos abordar la concepción.

Javier, CEO de Humánica y Carmen Carvallo con el mar de fondo

Carmen Carballo con nuestro CEO, Javier

P: ¿De qué manera puede ayudarnos la educación prenatal natural a solucionar los problemas sociales y medio ambientales a los que se enfrenta la humanidad?

R: Muchos de los problemas que padecemos en nuestra vida de adultos, tienen su origen en la etapa prenatal, ya que como hemos dicho, el bebé comienza a educarse en el momento de la concepción.

Si la concepción y la gestación se han vivido con estrés, con rechazo o con violencia, o si ha sido ignorado, el bebé lo registrará en sus células y lo reflejará tras el nacimiento, lo que evidentemente conllevará posteriores problemas.

Si por el contrario un bebé ha sido concebido y gestado con amor, deseado, acompañado, aceptado, se convertirá en un ser de amor, en una persona pacífica, solidaria, comprensiva, sana… 

Para que una sociedad pueda transformarse, tenemos que empezar transformándonos cada uno de nosotros. Este es un proceso necesario pero muy lento, sin embargo, si comenzamos a educar en el respeto y en el amor, hacia todo lo que nos rodea, desde el minuto cero, esta transformación será mucho más rápida, y además duradera.

P: ¿Podrías hablarnos con más detalle sobre el momento de la concepción?

R: El estado ideal para una concepción es que sea un Acto de Amor Consciente. ¿Por qué?, la explicación nos la da la biología.

Sabemos que las células tienen la capacidad de grabar información y al multiplicarse de transmitir esa información a las nuevas células. Entonces, si el momento de la concepción es un acto de amor consciente, entonces esa primera célula va a grabar el estado de espíritu en el que se encuentran los padres: Amor, y al multiplicarse lo va a transmitir a todas las células que van a formar el cuerpo de ese ser.

E incluso podemos, en este momento, introducir un pensamiento, por ejemplo: el de desear que el ser que vamos a concebir venga adornado con las mejores cualidades, que por donde pase siembre el bien, la alegría, la paz… todo esto se inscribirá en esa primera pequeña célula, que se va a crear, así estaríamos poniendo los cimientos de una sólida educación desde el inicio, en la vida de ese nuevo ser.

Las condiciones óptimas para la concepción, decía el Atharva Veda, en la antigua tradición de la India: está compuesta de “Amor, Armonía y Belleza”. Y Platón en la antigua Grecia, decía también, en las Leyes, que” el Estado debía ocuparse del alma de los ciudadanos desde el momento de la concepción”.

P: ¿Qué importancia tiene la gestación en el desarrollo sano del bebé?

R: El periodo de la gestación es muy importante para el desarrollo armónico y equilibrado del nuevo ser y todos tenemos que contribuir para que la madre pueda realizar este trabajo maravilloso en las mejores condiciones, empezando por el padre y siguiendo con todo el entorno que rodea a la madre gestante (familia, vecinos, compañeros de trabajo…), es importante que la madre se sienta apoyada, sostenida, rodeada de cariño y seguridad, de la parte de todos, que le hagamos sentir la vida como algo agradable, por la sencilla razón de que:

“Todo lo que la madre vive, el bebé lo vive”

Durante la preparación y la concepción, tanto el padre como la madre participan y cooperan al 50%, pero llegados a la gestación la mujer toma un rol mucho más relevante, ya que la naturaleza le ha dado el poder de formar. Es ella la que va a formar al bebé, a lo largo de nueve meses, pero eso no quiere decir que el papel del padre sea menos importante o que pierda protagonismo, ya que, como acabamos de decir, que todo lo que la madre vive a lo largo de la gestación, el bebé también lo vive.

Si el padre rodea a la madre con cariño, apoyo, comprensión… el bienestar que ella vive se lo va a transmitir también al bebé.

Es importante, por lo tanto, que la madre esté atenta a sus pensamientos y a sus sentimientos, ya que también estos le llegan a su hijo en desarrollo, y se sigue educando a través de ellos. Los miedos, las preocupaciones… son naturales, pero sabiendo esto, los dejamos pasar como las nubes, y buscamos aquellos pensamientos y aquellos sentimientos positivos que nos aportan felicidad y bienestar.

Otro factor muy interesante, que podemos utilizar en este periodo, es la imaginación. Imaginarnos como es ese bebé, que es un ser sano, bello, inteligente, amoroso, bondadoso, pacífico… y dejamos que las fuerzas del subconsciente lo vayan imprimiendo en sus células, poco a poco.

Así mismo es bueno comunicarse con el bebé, hablar con él. Manifestarle nuestro amor, tranquilizarle, y no solo la madre, el padre también puede hablarle, así va creando con él un vínculo afectivo antes del nacimiento, tras el parto reconocerá su voz.

La música alegre, suave, relajante es beneficiosa. Les encanta también, la música clásica, sobre todo Mozart y Vivaldi. Es conveniente evitar las músicas fuertes, agresivas (rock, heavy, tecno…) y los lugares muy ruidosos. Evitar las conversaciones, lecturas, espectáculos deprimentes, las escenas violentas, todo aquello que pueda causar un impacto fuerte en ella, porque lo que impacta a la madre, impacta doblemente al bebé.

Otro elemento muy nocivo para la madre y el bebé es el estrés. Bruce Lipton, biólogo celular, en su libro «la Biología de la creencia«, nos dice: que el coeficiente de inteligencia, del ser en gestación, puede reducirse con él, así como beber, fumar y la exposición al plomo. Ya son muchas las investigaciones que hablan del impacto negativo sobre el bebé del estrés, y los problemas que ocasiona en su futura vida.

El que la madre pueda estar rodeada de belleza, de armonía, en contacto con la naturaleza, ayuda a un desarrollo armónico del bebé. Que lo que vea, escuche, lea, sea alegre, positivo, inspirador, que eleve su ánimo.

Estos son algunos de los elementos que conforman lo que es la educación prenatal natural de la que hablamos. Es respetar los ciclos evolutivos del bebé, y a través de nuestra manera de vivir y de ser, vamos transmitiendo esos magníficos valores. Con eso se va a ir edificando y construyendo lo que será su salud física, emocional y mental, la forma de relacionarse, comportarse y las capacidades intelectuales futuras, según nos están demostrando las investigaciones y los descubrimientos científicos, que se vienen realizando, de manera continuada, desde finales de la década de los años 70 del siglo pasado.

P: Antes también nombraste el nacimiento y la lactancia. ¿Podrías profundizar un poco en estos conceptos?

R: Desde el punto de vista de la educación prenatal natural, tanto el nacimiento como la lactancia son también importantes, ya que son un puente entre la vida intrauterina y la vida extrauterina.

Por lo tanto, las condiciones en las que llegamos y entramos en el mundo, es necesario cuidarlas, dado que van a formar parte de nuestra personalidad y nuestro carácter futuros. Cómo es el ambiente que rodea a la madre y al bebé, en este momento, es importante. Es importante que ambos se sientan en un ambiente cálido, rodeados de afecto y escucha, de paciencia, de tranquilidad, que el bebé y la madre se sientan confortables y que él se sienta acompañado y acogido con amor y dulzura.

En cuanto a la lactancia materna, siempre y cuando se pueda, su importancia no sólo radica en las ventajas que tiene desde un punto de vista meramente físico, que de sobra son conocidos, sino también por el vínculo afectivo tan maravilloso que se establece con el bebé, a través de ella.

En este momento podemos seguir dándole nuestro amor y nuestra ternura, con la mirada, con nuestro pensamiento, con las palabras. Es pues conveniente que la madre esté centrada en él mientras lo amamanta. Así seguimos creando un vínculo de apego seguro para toda la vida. Si no podemos dar el pecho, al darle el biberón hay que recordar que es también, un momento privilegiado en el que tenemos la oportunidad de transmitirle todo nuestro amor y ternura.

P: ¿Cómo ves el papel de la mujer madre en nuestra sociedad?

R: Uno de nuestros objetivos, que intentamos transmitir siempre desde ANEP, es el de dignificar el papel de la mujer madre en nuestra sociedad, y de ayudarla a recuperar el valor y el lugar que tenía en las sociedades del pasado, ya que se ha perdido completamente.

Por un lado, con la incorporación de la mujer al mercado laboral, el tener hijos queda relegado a un segundo lugar, las mujeres no tienen tiempo ni para ellas, ni para el bebé. Por otro lado, se ha magnificado mucho, en nuestra sociedad actual, el papel de la mujer empresaria, política, universitaria, famosa… Son las mujeres normalmente admiradas, pero nos hemos olvidado de las madres, que hacen un trabajo callado, constante, paciente. Las hemos relegado a un puesto sin importancia y casi sin valor, no reconocido, cuando es, gracias a ellas, que todos los seres hemos visto en su día la luz y hemos podido crecer, desarrollarnos y realizarnos, como personas y profesionales.

Decía el pedagogo Omraam Mikhaël Aïvanhov:

“Es gracias a las madres que la humanidad aún existe”

Cuando leí esta frase me impactó, porque es algo que normalmente no pensamos, pero es de una lógica que cae por su propio peso.

Y la otra que me gusta mucho también, es la del doctor Jean Pierre Relier, que dice:

“Los hombres fabrican máquinas, las mujeres hacen hombres”

Con estas palabras, queremos llamar la atención de todas las mujeres, a fin de que vuelvan a reconectarse con su esencia profunda y a tomar conciencia del extraordinario poder con el que les ha dotado la Naturaleza, que se “empoderen” verdaderamente de él, y que tomen las riendas de su maternidad, así como la conciencia de la importancia de su papel en la educación de los hijos, desde el inicio, ya que, con el apoyo, el acompañamiento, la colaboración y el sostén  de los hombres – padres, las mujeres pueden ser las regeneradoras de esta sociedad, formando y forjando, durante esos nueve meses, esos caracteres, nobles honestos, rectos, amorosos, en los hijos que traerán al mundo que, a su vez, sabrán aportar lo mejor de sí mismos al Planeta. 

La Educación Prenatal Natural se convierte pues, en una Educación que nos permitiría alcanzar, verdaderamente, una Paz Durable. 

Lo que aquí he expuesto son solamente algunas pinceladas, sobre esta etapa apasionante y mágica en la vida de un ser. 

Si os interesa lo que os acabo de contar, podéis visitar nuestra página web.

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